Historia y Tradición
Luís Blanco, el primer vacunado en Venezuela (1804)
Eumenes Fuguet Borregales (*)
La viruela es una enfermedad eruptiva, infecciosa, contagiosa y epidémica, con miles de víctimas en el mundo, llegó al Nuevo Mundo en 1518 a la Isla La Española (Haití y Santo Domingo) a través de negros africanos en calidad de esclavos, traídos en un barco portugués. En 1520 la enfermedad causó estragos en México y en 1558 en la Nueva Granada diezmó el 30% de la población.
Edward Jenner
La vacuna antivariólica, la Primera Vacuna en la Historia de Humanidad, fue descubierta por en 1796 por el médico rural inglés Edward Jenner (1749-1823), basado en los estudios realizados en el campo, extrayendo de las ubres de las vacas una pústula o costra, útil para formar un virus que previene la viruela, de allí la denominación de vacuna.
La primera prueba la realizó con el niño John James Philips, con tal éxito que en poco tiempo llegaron a vacunar en Inglaterra cien mil niños. El rey español Carlos IV había perdido un hijo a causa de la viruela; preocupado por los niños de la América Española y Filipinas, al conocer que la vacuna había llegado a España en 1800, emitió un Edicto el 1ro de septiembre de 1803 anunciando a los súbditos el motivo de la Real Expedición, a tal fin ordenó a su médico de cabecera Francisco Javier Balmis natural de Alicante (1753-1812), organizar la misión sanitaria, primera en gran escala desarrollada en la América hispana, la cual salió de La Coruña en el navío militar “María Pita” el 30 de septiembre de 1803; la Real Expedición Humanitaria la integraron diez médicos y veintidós niños con edades comprendidas entre cuatro a doce años del Hospicio Santiago de Compostela de La Coruña acompañados de Isabel López Gondalla directora del instituto.
Considerando que para la época no existían medios de conservación, los niños se desempeñarían como transportadores en sus brazos a los cuales se realizaba una pequeña incisión con una lanceta (bisturí), colocándose el virus sanador; el método utilizado era el de brazo a brazo realizado cada diez días para mantener en forma activa el virus. El objeto de la expedición sanitaria consistía en: vacunar a la mayor población infantil, enseñar a los médicos locales la técnica antivariólica, organizar juntas de vacunaciones y mantener el suero para continuar las inmunizaciones. Trajeron cientos de ejemplares de la obra “Tratado Histórico y Práctico de la Vacuna” de Luís Jacobo Moreau de la Sarthe (1771-1826), sobre las inmunizaciones y unos dos mil pares de vidrios. Estos abnegados y olvidados héroes benefactores de la humanidad incluyendo a los niños, tuvieron que soportar las inclemencias del tiempo, las agotadoras travesías por mar y tierra, el extenuante clima tropical, las corrientes fuertes de aguas, atravesar llanuras y montañas para proporcionar la vacuna a casi un millón de personas.
La primera escala se realizó en Tenerife (islas Canarias), donde vacunaron a cientos de niños; desembarcaron en Puerto Rico en febrero de 1804 con idéntica misión sanitaria. Al llegar a Puerto Cabello la expedición se dividió en dos grandes grupos, el doctor Balmis con varios médicos y niños se dirigió a Cuba, siguió a México teniendo que atravesar el territorio para llegar al Océano Pacífico para embarcar hacia Filipinas; mientras que el Dr. José Salvany natural de Barcelona-España (1777-1810), se encargaría de vacunar en Venezuela empezando por Caracas, luego Margarita, Cumaná y Maracaibo, seguiría a Cartagena, Bogotá, Quito, Chile, Perú y el Alto Perú (Bolivia).
El niño Luís Blanco nacido el 25 de junio de 1802, fue el primer vacunado en Venezuela en 1804; de familia distinguida pudo realizar estudios de jurisprudencia, obtuvo el doctorado conferido por la Real y Pontificia Universidad de Venezuela, donde permaneció ejerciendo la docencia por varios años. De una conducta intachable, de recto proceder, muy culto, e impecable funcionario público durante cuarenta y dos años. Fue Juez de de Letras en Valencia, Juez de Primera Instancia en Ocumare del Tuy y Ministro de Cortes Superiores en Caracas, ciudad donde falleció en noviembre de 1874. Durante el proceso de vacunación, según el registro elaborado a tal fin en Caracas recibieron vacuna para el 24 de abril de 1804 la cantidad de dos mil niños y veinticinco niños de la provincia de Venezuela recibieron la dosis entre 1804 y 1808.
El doctor caraqueño Felipe Tamariz (1759-1814) apoyó la labor del Dr. Salvany e inclusive organizó la comisión vacunadora. Andrés Bello (1781-1865), recuerda esa grandiosa jornada dedicándole la “Oda a la Vacuna”. El sabio venezolano José María Vargas (1786-1853), describió el procedimiento de inoculación en sui trabajo “Epítome sobre la vacuna”. El doctor Balmis regresó a España el 10 de agosto de 1808, El doctor José Salvany murió en Cochabamba- Bolivia en 1810, a los treinta y tres años de edad, cumpliendo la noble misión. La Organización Mundial de la Salud declaró el 8 de mayo de 1980 la erradicación de la viruela, un gran avance en la salud pública. La humanidad estará siempre agradecida de la iniciativa y abnegada labor de los profesionales de la medicina y los niños, verdaderos héroes anónimos salvadores de vida.
(*) Gral. de Bgda
EUMENES FUGUET |
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