¿Qué pasó con el Boletín Epidemiológico Nacional?
7 DE ABRIL
2015 - 00:01
La pregunta que sirve de título al presente artículo nos la hacemos
todos los días en el gremio médico, fundamentalmente los epidemiólogos,
especialistas de la medicina que estudian en profundidad el comportamiento y
evolución de las enfermedades surgidas en una determinada población, sobre todo
aquellas de notificación obligatoria y que en algún momento pudieran causar un
gran impacto en la salud pública. La publicación del Boletín Epidemiológico
Nacional por parte de la mayor autoridad en salud debería ser de carácter
obligatorio y de una periodicidad semanal. Son 52 semanas epidemiológicas que
contienen el estado de salud de la población a lo largo de un año, por lo que
puede suponer y concluir sobre la importancia de esta información. Desde 1938,
año de la creación de este boletín, el Ministerio de Salud daba cuenta
sobre la situación epidemiológica a través de esta publicación que realizó de
forma ininterrumpida por algo más de 60 años. Resulta incomprensible y nos
llena de asombro e impotencia el desconocimiento hasta los actuales momentos
del comportamiento de aquellas enfermedades endémicas y epidémicas en el país
debido a la gran irresponsabilidad oficial de suspender la publicación del
citado boletín desde el 1º de noviembre de 2014 hasta la fecha. Es decir,
llevamos 5 meses de silencio por parte de las autoridades oficiales respecto a
la situación epidemiológica en el país. Sin embargo, no es la primera vez que
esto ocurre: entre 2007 y 2009 también las autoridades de salud responsables
suspendieron hasta por un año la emisión de dicho boletín.
Para el conocimiento de la población en general, en este órgano de
divulgación oficial del Ministerio de Salud se informa todo lo concerniente a
la situación epidemiológica nacional: lo que deben ser los estándares de la
vigilancia epidemiológica, cuáles las enfermedades de notificación obligatoria
y el número de casos acumulativos en el año. Ejemplo de estas son infecciones
respiratorias agudas, neumonía, fiebre, diarreas, influenza y no se puede dejar
de mencionar, como lo hemos hecho en otras oportunidades, los brotes epidémicos
de dengue, malaria y chikungunya, esta última como enfermedad emergente o de
primera aparición en el país en junio de 2014, dato nunca reflejado en el
boletín a pesar de que fue declarada enfermedad de notificación obligatoria. De
todas estas enfermedades se hace un monitoreo de casos por entidades federales;
también, otras enfermedades infecciosas transmisibles y prevenibles por vacunas
deben estar incluidas, como la hepatitis B y la varicela. Se debe dar cuenta de
dos indicadores de salud de suma importancia como son la mortalidad infantil y
materna, y que por información extraoficial ha habido un incremento en
comparación a los años anteriores. Esto se considera un tema aparte para
comentar posteriormente debido a su gran relevancia en la salud pública.
En fin, no se pueden
mencionar por razones de espacio, las 72 enfermedades de notificación
obligatoria que se incluyen en este boletín, dato que nos da una idea de la
extraordinaria importancia de esta herramienta de comunicación sobre el estado
de salud del país y que debe ser del conocimiento de los epidemiólogos y
sanitaristas del país, quienes se encargan de ofrecer recomendaciones, aplicar
las medidas de prevención y diseñar e implementar políticas de salud que
conlleven al control de todas estas enfermedades y así evitar situaciones
epidémicas. Conocer los grupos de edad y regiones más afectadas por estas
enfermedades es de extraordinaria importancia para el médico epidemiólogo, y
por si fuera poco, esta información debe enviarse a la Organización Mundial de
la Salud y Organización Panamericana de la Salud, pues Venezuela forma parte de
los Estados miembros de estas organizaciones, de las cuales también debe recibir
recomendaciones. El Viceministerio de Redes de Salud Colectiva y la Dirección
de Epidemiología son los responsables de la divulgación del boletín; esta
última debe organizar la notificación semanal de las enfermedades que deben ser
sujetas a vigilancia epidemiológica, analizar la información y difundir los
resultados en forma periódica o semanal para mantener actualizado el panorama
epidemiológico nacional. Lamentablemente, no tenemos respuesta a la pregunta
inicial. Semana tras semana, persiste un angustiante e irresponsable silencio
oficial mientras no se reestablezca la publicación periódica del tan necesario
Boletín Epidemiológico Nacional.
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