miércoles, 29 de julio de 2009

Declaración de los profesionales de la salud sobre la situación de la Nueva Influenza A (H1N1) en Venezuela.




La amenaza para la salud de la población de Venezuela representada por la Nueva influenza A (H1N1) , (Influenza pandémica), nos motiva a dirigirnos a la opinión pública, para contribuir a su orientación, especialmente cuando este problema de salud emergente ha sido considerado por voceros de la Organización Mundial de la Salud como una “pandemia indetenible”.

La situación actual en nuestro país, es la siguiente: hasta la semana 28 (hasta el 18 de julio de 2009) según la Organización Mundial de la Salud, la epidemia presenta los siguientes indicadores cualitativos actualizados: una dispersión geográfica extendida (mas del 50 % de las unidades administrativas del país), una tendencia creciente de casos e infecciones respiratorias agudas (en relación a la semana anterior, en el mismo grupo de Chile, Argentina, Belice y Haití), una intensidad leve-moderada de infecciones respiratorias (proporción de la población con infección respiratoria normal a levemente aumentada) y un impacto en los servicios de salud leve). 407 casos acumulados, hasta la semana 29 en 20 estados del país, 55,93 % de incremento en 11 días; 151 (37,1 %) los casos en el área metropolitana de Caracas, una tercera parte de los casos confirmados sin evidencia de vínculo epidemiológico conocido, lo que indica una circulación diseminada, comunitaria del virus en varios estados; la gran mayoría de las personas afectadas son menores de 40 años, un número creciente de personas hospitalizadas, como consecuencia de manifestaciones clínicas intensas y complicaciones de la enfermedad. Dos personas fallecidas, sin haber tenido vínculo epidemiológico con otros enfermos; si bien, hasta ahora, la gran mayoría de las personas no han requerido hospitalizació n y solo han necesitado medidas de cuidado general en sus casas bajo condiciones de aislamiento y han logrado su recuperación.

Los indicadores de vigilancia epidemiológica viral disponibles, indican que el 80 % de los virus respiratorios circulantes aislados desde mayo de 2009 son de Influenza A. De ellos, la mayoría, 43,2 %, corresponden al virus de la nueva influenza A (H1N1) y 36,8 % al virus de la influenza estacional. Los indicadores epidemiológicos hablan de un aumento significativo de los pacientes con fiebre, infecciones respiratorias agudas y neumonías en la población general del área metropolitana de Caracas, lo que indica una amplia y progresiva circulación de virus, que probablemente aumentará en las próximas semanas y meses con la expansión de la epidemia y sus consecuencias sobre la población y el sistema de salud.

Por otra parte, la definición de caso originalmente elaborada por el MPPSPS ha dejado de ser útil para la identificació n de casos en la comunidad que no tienen vínculo epidemiológico, y por el contrario, está contribuyendo al subregistro de casos, al sesgo de diagnóstico que distorsiona la realidad de la enfermedad en nuestro país, retrasa el tratamiento y aumenta el riesgo de mortalidad de los afectados.



Tres mensajes resumen nuestras recomendaciones actuales:



A la población general:

Practicar las medidas de higiene personal, en especial el lavado de las manos, las precauciones al toser y estornudar y la limitación de prácticas de cortesía, saludo y contacto social.

Mantenerse en su hogar si padece de síntomas respiratorios agudos.

Consultar al médico en caso de presentar signos de alerta. Niños: fiebre y dificultad respiratoria, rechazo a la vía oral, trastornos del estado de conciencia, irritabilidad y convulsiones.
Adultos: dificultad al respirar, vómitos y diarreas persistentes, trastornos de la conciencia (confusión o somnolencia) , agravamiento de enfermedades crónicas.

No se automedique. Consulte a su médico.

Acudir a un centro de salud en caso de síntomas y signos fiebre persistente, postración, o dificultad respiratoria.

Cumplir con todas las medidas indicadas por las autoridades de salud.

Usar tapaboca solo cuando esté indicado.

No comparta vasos, cubiertos y alimentos.

Exhortar a la solidaridad con las personas y grupos afectados.



A las autoridades de salud:

Mantener una adecuada, continua, oportuna y completa información para la orientación del público en general sobre la Influenza pandémica.

Ofrecer orientaciones técnicas actualizadas a los profesionales de la salud , basadas en la evidencia epidemiológica y en las mejores prácticas.

Ajustar de inmediato las medidas técnicas y otras acciones epidemiológicas recomendadas el 28 de abril de 2009, al inicio del alerta epidemiológica de acuerdo a la evolución, magnitud y etapa actual de la epidemia en nuestro país. Entre ellas la impostergable modificación de la definición de caso que esta contribuyendo a limitar la identificació n de casos y a retrasar el tratamiento precoz de personas con la enfermedad que no tienen vínculo epidemiológico.

Atender las recomendaciones reiteradas de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela y de las Sociedades Científicas afines y de la Facultad de Medicina de la UCV con relación a este problema de salud.

Garantizar la disponibilidad de salas de aislamiento, insumos, equipos y medicamentos en los establecimientos de asistencia médica del sector público para atender a los pacientes que requieran hospitalizació n y en especial cuidados intensivos.

Garantizar las medidas y dispositivos de protección individual para el personal que debe atender cercanamente a los enfermos.

Fortalecer las medidas de vigilancia epidemiológica, en especial en los próximos meses, con motivo del regreso a clases, la cercanía del período de lluvias y descenso de temperatura ambiental.

Lograr acuerdos con las autoridades de salud regionales y locales y propiciar las reuniones de consulta técnica, con la Representació n de la Organización Panamericana de la Salud y especialistas en salud pública e infectología y atender oportunamente sus recomendaciones.

Convocar al trabajo mancomunado y de cooperación entre el sector público y el sector privado de la salud.

Reanudar la divulgación del Boletín Epidemiológico Semanal del MPPSPS, suspendida desde diciembre de 2008.


A los profesionales de la salud:

Garantizar la adecuada y digna atención de las personas enfermas cuidando que en todo momento se cumplan los principios éticos y las conductas derivadas para proteger los derechos de los enfermos y que no ocurran situaciones de discriminació n, violación de la confidencialidad, maltrato, exclusión o negación de asistencia de las personas enfermas.

Recordar el cumplimiento estricto de las normas técnicas elaboradas por las autoridades de salud para la conducción de los casos.

Cumplir con todas las directrices oficiales para la prevención y protección individual de seguridad y salud en el trabajo.


Caracas, 29 de julio de 2009.

José Félix Oletta L. Ángel Rafael Orihuela Carlos Walter V. Blas Bruni Celli

Pablo Pulido M. Pablo Salcedo N. Oswaldo Godoy Rafael Borges

Mirta Riera C. Carlos A. Moros Ghersi Trina M. Navas Ana Carvajal

Luis Echezuría Alejandro Rísquez Saúl Peña A. Olga Figueroa Ronald Evans

Raúl Rodríguez

martes, 14 de julio de 2009

Gripe pandémica (H1N1) 2009 (Nota informativa núm. 2) OMS

Recomendaciones de la OMS con respecto a las vacunas contra la gripe por A (H1N1)

13 DE JULIO DE 2009 | GINEBRA -- El 7 de julio de 2009, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) celebró una reunión especial en Ginebra con el fin de analizar varios asuntos y emitir recomendaciones acerca de la vacuna contra la gripe pandémica (H1N1) 2009.

El SAGE pasó revista a la situación actual de la pandemia, analizó el estado en que se encuentra la producción de la vacuna estacional y la capacidad potencial para producir la vacuna contra el virus A (H1N1), y consideró distintas opciones para el uso de la vacuna.

Los expertos señalaron tres objetivos que los países deben fijarse como parte de la estrategia de vacunación contra la pandemia:

proteger la integridad del sistema de asistencia sanitaria y la infraestructura esencial del país;
reducir la morbilidad y la mortalidad; y
reducir la transmisión del virus pandémico en las comunidades.
Los países tienen a su disposición una gran variedad de estrategias de vacunación para alcanzar estos objetivos, pero la que elijan deberá tener en cuenta la situación epidemiológica, los recursos y la capacidad del país para tener acceso a la vacuna, emprender campañas de vacunación dirigidas a los grupos destinatarios y aplicar otras medidas de mitigación distintas de la inmunización.

Se considera que en estos momentos la pandemia es moderadamente grave, pues la mayoría de los pacientes sufren una afección que remite espontáneamente y no deja secuelas. No obstante, algunos grupos —como las embarazadas, las personas aquejadas de asma y otros trastornos crónicos y quienes padecen una obesidad patológica— tienen un riesgo mayor de sufrir un cuadro grave e incluso morir a consecuencia de la gripe.

Habida cuenta de que se considera imparable la propagación del virus, la vacuna será necesaria en todos los países. El SAGE recalcó la importancia de esforzarse en lograr la equidad entre los países por lo que se refiere al acceso a las vacunas elaboradas para hacer frente a la gripe pandémica (H1N1) 2009.

El grupo transmitió las siguientes recomendaciones a la Directora General de la OMS:

Como primera medida prioritaria para proteger la infraestructura sanitaria esencial, los países deberán vacunar al personal que presta asistencia. Como al principio no habrá vacunas suficientes, se puede considerar la conveniencia de adoptar un método gradual para vacunar a determinados grupos. El SAGE propuso los siguientes grupos, no sin antes subrayar que los países tienen que determinar el orden de precedencia según las condiciones específicas de cada uno: las embarazadas; los niños mayores de 6 meses de edad que padezcan algún trastorno crónico; adultos jóvenes sanos de 15 a 49 años de edad; niños sanos; adultos sanos de 50 a 64 años; y adultos sanos a partir de los 65 años.
Como algunas vacunas contra la gripe pandémica se producen mediante tecnologías nuevas y su inocuidad no se ha evaluado ampliamente en ciertos grupos de población, es muy importante implantar mecanismos de farmacovigilancia de la mayor calidad posible. Además, será imprescindible que los resultados de los estudios de capacidad inmunógena y de inocuidad y eficacia efectuados con posterioridad a la entrada en el mercado se intercambien rápidamente en la comunidad internacional para que los países puedan hacer los ajustes pertinentes en sus normas de vacunación.
En vista de que las previsiones indican que no habrá vacunas suficientes a escala mundial y de la necesidad de protección contra las cepas del virus que experimentan la llamada " deriva génica", el SAGE recomendó fomentar la producción y el uso de vacunas que contienen coadyuvantes de aceite y agua y las elaboradas con virus vivos atenuados.
Considerando que casi ha llegado a su fin la producción de la vacuna estacional para la temporada gripal 2009-2010 en el hemisferio norte, y que por lo tanto no es probable que afecte a la producción de la vacuna antipandémica, el SAGE no consideró necesario recomendar que se deje de elaborar la vacuna estacional para concentrarse en la producción de la vacuna antipandémica.
La Directora General de la OMS, doctora Margaret Chang, hizo suyas estas recomendaciones el 11 de julio de 2009, y reconoció que estaban bien adaptadas a la situación actual de la pandemia. Agregó que las recomendaciones tendrán que modificarse conforme surja nueva información.

El SAGE fue establecido por el Director General de la OMS en 1999 como el principal grupo asesor de la Organización en materia de vacunas e inmunización. Está formado por 15 miembros a título personal de todo el mundo que representan una gran variedad de disciplinas, a saber: epidemiología, salud pública, vacunas, pediatría, medicina interna, infectología, inmunología, reglamentación farmacéutica, gestión de programas, aplicación de las vacunas y administración de la asistencia sanitaria.

En la reunión del SAGE participaron también algunos miembros del grupo asesor especial sobre la vacuna contra la gripe A (H1N1), directores de los grupos asesores regionales y expertos independientes. Asistieron observadores de la industria y las autoridades normativas, que no intervinieron en la formulación de las recomendaciones para evitar conflictos de intereses.