sábado, 30 de abril de 2016

El consumo de algunos alimentos, bebidas y medicamentos alteran el equilibrio de la microbiota intestinal

Madrid, viernes 29 de abril de 2016

El consumo de algunos alimentos, bebidas y medicamentos alteran el equilibrio de la microbiota intestinal


 Los refrescos azucarados reducen la diversidad de la microfauna intestinal, cuya alteración se asocia con el riesgo de padecer diversas enfermedades
 El consumo de café, té y vino tinto, fuentes de antioxidantes, se asocia a una mayor diversidad de la microbiota
El consumo de refrescos azucarados puede reducir la diversidad de la microbiota intestinal -los microorganismos que residen en el tracto gastrointestinal-, de cuyo equilibrio en su composición depende que no corramos el riesgo de padecer multitud de enfermedades. En cambio, el consumo de café, té y vino tinto, fuentes de antioxidantes con propiedades antiinflamatorias, se asocia a una mayor diversidad de la microbiota. Estas son algunas de las principales conclusiones de un amplio estudio internacional con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas(CSIC) que ha identificado múltiples factores nuevos asociados con la composición y
función de la microbiota intestinal. El trabajo se ha publicado en la revista Science.
“Hoy se sabe con certeza que la dieta puede alterar fuertemente la composición de la
microbiota intestinal. Sin embargo, actualmente no se conocen con exactitud los
mecanismos por los cuales la dieta puede modular la microbiota intestinal y qué
factores dietéticos específicos son los que producen cambios en la composición de la
microbiota”, explica María Carmen Cenit Laguna, investigadora del CSIC en el Instituto
de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, quien ha participado en el estudio.
“En este estudio hemos observado que un gran número de factores dietéticos
contribuyen a la variabilidad de la composición de la microbiota. Entre estos factores
dietéticos destacaron el contenido en grasa de la leche, las bebidas alcohólicas, el café,
el té y los refrescos azucarados”, detalla Cenit Laguna.
“Los investigadores describen que el consumo de refrescos azucarados tiene un efecto
negativo para la diversidad de la microbiota mientras que el consumo de café, té y vino
tinto, considerados una fuente de antioxidantes fenólicos con propiedades
antiinflamatorias, se ve asociado a un incremento de la diversidad de la microbiota”,
añade. Los investigadores han observado que el consumo de vino tinto está asociado
con la abundancia de la especie Faecalibacterium prausnitzii, que posee propiedades
antiinflamatorias y reduce el riesgo de padecer la enfermedad inflamatoria intestinal.
Otras características de la dieta occidental, como el alto consumo de grasa y energía,
picar entre horas, y el consumo de leche rica en grasa han sido asociados con una
menor diversidad de la microbiota. El uso de ciertos medicamentos, como los
utilizados para disminuir la producción de ácido gástrico (protectores de estómago),
los antibióticos, el fármaco antidiabético metformina, las estatinas y los laxantes,
mostró también un fuerte efecto sobre la composición del microbioma.
En el estudio, científicos genetistas del University Medical Center of Groningen (Países
Bajos) en colaboración con el grupo del departamento de ecología microbiona,
nutrición y salud del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC han
identificado multitud de factores, algunos previamente descritos y otros muchos
nuevos, asociados con cambios en la composición, diversidad y función de la
microbiota intestinal. Además, también han identificado el efecto o la contribución
exacta que cada factor identificado ejerce en la modulación de la microbiota.
La información de este estudio constituye un avance en el conocimiento de las
interacciones entre el ambiente, la microbiota y el huésped. “Son necesarios más
estudios que permitan establecer relaciones causales entre los diferentes factores y la
microbiota intestinal”, precisa Cenit Laguna. Sin embargo, los factores identificados
como determinantes de la composición y función de la microbiota intestinal podrían
ser manipulados para modificar la microbiota intestinal y mejorar la salud.

Alexandra Zhernakova, Alexander Kurilshikov, Marc Jan Bonder, Ettje F. Tigchelaar, Melanie Schirmer, Tommi Vatanen, Zlatan Mujagic, Arnau Vich Vila, Gwen Falony, Sara Vieira-Silva, Jun Wang, Floris Imhann, Eelke Brandsma, Soesma A. Jankipersadsing, Marie Joossens, Maria Carmen Cenit, PatrickDeelen, Morris A. Swertz, Rinse K. Weersma, Edith J. M. Feskens, Mihai G. Netea, Dirk Gevers, Daisy Jonkers, Lude Franke, Yurii S. Aulchenko, Curtis Huttenhower, Jeroen Raes, Marten H. Hofker, Ramnik J. Xavier, Cisca Wijmenga, Jingyuan Fu. Population-based metagenomics analysis reveals markers for gut microbiome composition and diversity. Science. Doi:10.1126/science.aad3369

El mito de que en nuestros cuerpos hay más bacterias que células humanas

Científicos rompen el mito de que en nuestros cuerpos hay más bacterias que células humanas

La cantidad es más o menos igual, dicen los científicos.


Lactobacilos.

CDC/Dr. Mike Miller
Compre este númeroSuscríbase a la revista
A menudo se dice que en nuestro organismo las bacterias y otros microbios superan en número a las células en una proporción de diez a uno. Pero este es un mito que debe ser olvidado, aseguran investigadores de Israel y Canadá. La relación entre los microbios residentes y las células humanas probablemente sea de uno a uno, calculan.
Un 'hombre promedio' (con un peso de 70 kilos, 20 a 30 años y 1,7 metros de altura) tiene aproximadamente unos 30 billones de células humanas y 39 billones de bacterias, dicen Ron Milo y Ron Sender del Instituto Weizmann para la Ciencia, en Rehovot, Israel; y Shai Fuchs del Hospital para Niños Enfermos de Toronto, en Canadá.
Esos números son aproximados —otra persona podría tener la mitad o el doble de bacterias, por ejemplo—, pero están lejos de la proporción de 10: 1 que se asume comúnmente.
“Los números son tan similares que cada vez que se defeca se puede dar vuelta la relación para favorecer la cantidad de células humanas frente a la de bacterias”, concluyen delicadamente en un texto publicado en el servidor de preimpresión bioRxiv.
El mito de 10: 1 persiste desde que en 1972 el microbiólogo Thomas Luckey realizó una estimación que fue “elegantemente desarrollada, pero que probablemente nunca pretendió ser citada con tal amplitud décadas después”, dicen los autores del artículo. En 2014, el biólogo molecular Judah Rosner, de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., en Bethesda, expresó sus dudas sobre la reivindicación de 10:1, señalando que había muy pocas estimaciones buenas para la cantidad de células humanas y microbios en el cuerpo.
Milo, Sender y Fuchs decidieron volver a estimar la cantidad mediante la revisión de una amplia gama de datos experimentales recientes en la literatura, incluyendo el análisis de ADN para calcular el número de células e imágenes de resonancia magnética para estimar el volumen del órgano. La gran mayoría de las células humanas son glóbulos rojos, según detallaron.
Factor fecal
Una sobreestimación particular del trabajo de Luckey se refiere a la proporción de bacterias en nuestros intestinos, dicen Milo y sus colegas. Luckey estimó que los intestinos contienen alrededor de 1014 bacterias, pues asumió que había 1011 bacterias en un gramo de heces, y amplió eso al tubo digestivo, cuyo volumen es de un litro y se extiende desde la boca hasta el ano.
Pero según señalaron Milo y sus colegas, la mayoría de las bacterias vive solo en el colon (que tiene un volumen de 0,4 litros), y las mediciones sugieren que hay menos bacterias en muestras de heces de lo que Luckey pensaba.
Reuniendo todos estos datos, los investigadores calcularon que la proporción de microbios respecto a las células humanas para un hombre promedio es de 1,3:1, pero con una gran incertidumbre. Milo se negó a comentar sobre el artículo, porque está en revisión en una revista científica.
“Es bueno que ahora todos tengamos una mejor estimación para citar”, dice Peer Bork, bioinformático del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, Alemania, que trabaja en microbiomas humanos y otros microbiomas complejos. “Pero no creo que en realidad tenga ningún significado biológico”.

Este artículo es reproducido con permiso y fue publicado por primera vez el 8 de enero de 2016.

lunes, 25 de abril de 2016

VENEZUELA LA PELIGROSA, Y NO SON PERCEPCIONES, CARAJO!!!

Tres ciudades venezolanas se ubican entre las 10 más peligrosas del mundo

Publicado en: ActualidadNacionales
 1387
 1

Foto: AP
Foto: AP
De las 10 ciudades más violentas del mundo en 2015, 9 son latinoamericanas, según el más reciente informe de la organización civil mexicana Seguridad, Justicia y Paz.
El estudio que investiga el número de muertes violentas en ciudades de más de 300.000 habitantes y el número de muertos por cada 100.000 habitantesconcluyó que en 2015 Caracas, Venezuela, fue la ciudad con las tasas de homicidio más altas del mundo.
La capital venezolana, una urbe de un poco más de 3’200.000 habitantes, ocupó el primer lugar con 3.946 homicidios en 2015, lo que representa 119,87 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
Según el documento presentado por la ONG, en Venezuela “representa un gran desafío determinar la incidencia real de los homicidios en este país, pues los gobernantes en lugar de transparencia y rendición de cuentas prefieren el ocultamiento o la propaganda, muchas veces basada en mentiras”.
La investigación consultó fuentes oficiales y también se apoyó en notas de prensa y “deducciones”, según explica el informe que agrega que si se suman los índices de violencia en todas las ciudades venezolanas, el país latinoamericano tiene la tasa de muertes violentas más alta del mundo.
El caso de Venezuela no es aislado en la región: 41 de las 50 ciudades de este ranking están en América Latina.
Ciudades en Honduras, El Salvador, México y Colombia completan el top 10 de las más violentas. Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, es la única ciudad no latinoamericano en este conteo.
Estas son las 10 ciudades con el mayor número de homicidios por cada 100.000 habitantes:
1. Caracas, Venezuela — 119,87
2. San Pedro Sula, Honduras — 111,03
3. San Salvador, El Salvador — 108,54
4. Acapulco, México — 104, 73
5. Maturín, Venezuela — 85,45
6. Distrito Central, Honduras — 73,51
7. Valencia, Venezuela — 72,31
8. Palmira, Colombia — 70,88
9. Ciudad del Cabo, Sudáfrica — 65,53
10. Cali, Colombia — 64,27
El informe destaca que de esta lista salieron ocho ciudades que figuraron en el ranking 2014 entre las más violentas: Belo Horizonte, en Brasil; Medellín y Cúcuta, en Colombia; y Chihuahua, Cuernavaca, Juárez, Nuevo Laredo y Torreón, en México.